CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Viernes 17 de marzo de 2023
Entre los hombres y mujeres que llegan a ocupar altos cargos de elección popular existen tres momentos: el primero cuando solo son candidatos (por ejemplo a la gubernatura de un estado); el segundo, si es que triunfan durante los comicios respectivos, ya se trata del mandatario electo; y el tercero, al momento de tomar posesión como gobernador constitucional. Así lo he constatado durante casi cinco décadas. He visto el desfile de 11 gobernadores, incluidos tres en el sexenio de pesadilla (1994-2000).
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Durante las campañas preelectorales suele suponerse, entre quienes integran los equipos de los contendientes, que su candidato es el único que posee fortalezas, lo cual siempre ha sido un error. ¿Por qué? Porque cada ser humano tiene cualidades y está en este mundo para usarlas en su propio beneficio y en el de otros.
Empero, las personas más grandes de la historia fueron aquellas que descubrieron sus cualidades y las utilizaron para el beneficio ajeno en grado superlativo.
Así las cosas, es importante señalar que las personas con más fortalezas pudieran ser las que más debilidades tienen. De hecho, se poseen más debilidades que fortalezas. Somos fuertes en dos o tres cosas y débiles en cientos de otras. Quien opine al revés es un total estúpido. Y en cuestiones políticas lo que menos debe existir es la soberbia y la autocomplacencia.
Menospreciar a alguno de los adversarios políticos constituye una equivocación garrafal, porque en su aparente debilidad pueden radicar una o varias fortalezas.
¿Quién es, pues, el gobernante, político y servidor público idóneo?
Podríamos definir el “gobernante perfecto” como el imaginario social que, de acuerdo con la opinión de los ciudadanos, representa la personalidad política perfecta. Para ganar adeptos en una campaña, el factor determinante que dirige al triunfo a cierto candidato es cómo está forjada su personalidad en función de la demanda del electorado.
¿Cuáles deben ser los atributos positivos de los candidatos? En un apretado resumen mencionaré: buen sentido del humor; capacidad para delegar, para hablar en público y para responder preguntas difíciles; buenas relaciones con la prensa; orientación hacia el trabajo duro; físicamente en buena forma; capacidad para el estudio rápido y habilidad para hacer sentir cómoda a la gente; tener inclusión.
¿Cuáles son los principales atributos negativos? En otra síntesis mencionaré los siguientes: el temperamento que responde fuertemente al más ligero estímulo; dificultad para delegar; ser reservado y abrupto; dificultad para enfocar problemas y situaciones; voz monótona; dificultad para escuchar; problemas de adicciones; tendencia a pontificar (es decir, exponer opiniones o ideas como dogmas con alarde y suficiencia); belicosidad; y dificultad para confiar en los demás. Y ahí vienen de nuevo, rumbo a La Madre de Todas las Elecciones, a realizarse el domingo 2 de junio de 2024.