ANÁLISIS
Por Jorge Messeguer Guillén
Viernes 9 de diciembre de 2022
Sin pudor alguno los diputados y diputadas federales de Morena-PT-PVerde aprobaron ya de madrugada, el llamado plan B para propinarle unas cuantas puñaladas al INE y con ello a la incipiente democracia mexicana. Como si se tratara de una venganza por haber sido rechazada la reforma constitucional que trató de imponer el ejecutivo.
Dóciles y obedientes respondieron a la orden que les llegó directamente de Palacio Nacional por vía del secretario de gobernación: aprobar sin mover una coma, sin leer, sin opinar, sin chistar ni hacer gestos, la reforma a seis leyes secundarias relacionadas con el INE y con temas electorales. En ese trance de sumisión les brincó el PT y el Verde y tuvieron que modificar algunas cosas, desconozco cuáles, pero conociendo las debilidades de esos partidos y sus dirigentes, debieron haber sido cuestiones económicas. Ya nos enteraremos.
A las cuatro de la madrugada festejaron su gran triunfo; habían aprobado sin necesidad de los votos de la oposición la encomienda que les ordenó su jefe máximo; cuatrocientos cincuenta artículos reformados en tan solo tres horas de trabajo legislativo. Un récord de obediencia y sumisión.
Hasta donde se sabe, con la bandera de la austeridad, desmantelaron diversas áreas del INE para lo que dicen quitar los privilegios de los conservadores, debilitaron la presencia territorial del instituto, le quitaron herramientas sancionadoras; no sabemos las consecuencias prácticas de estos arbitrarios recortes. Ya lo veremos.
También se sabe que le quitaron al INE la posibilidad de cancelar candidaturas cuando estas no cumplan con los requisitos, es decir, Morena no quiere que le pase lo que sucedió con sus candidatos de Guerrero y de Michoacán que les retiraron sus candidaturas por no cumplir con la presentación de los gastos de precampaña, decisión del INE que avaló el Tribunal Electoral. Que no les vuelvan a decir que la ley es la ley, como diría el clásico de Palacio.
A los empleados del ejecutivo que cobran como legisladores, que actúan como autómatas, pero que cobran como esos fifís que tanto critica el mesías, poco les importó siquiera conocer el contenido y las repercusiones de lo que estaban votando. Lo importante era quedar bien con el que palomea las listas de las próximas candidaturas para no quedarse fuera de la gran cobija de la 4T. Como los de antes, igual a los que ellos desde el PRD criticaban tanto. Ahora en Morena recrean las viejas prácticas del partido de estado que tanto decían combatir.
He escuchado a diputados de Morena que han sido gobernadores, altos funcionarios, legisladores varias veces, algunos provenientes de la izquierda, tratando de explicar y justificar este proceso legislativo fast-track a todas luces desaseado, y es realmente penoso ver como defienden lo indefendible con tal de seguir perteneciendo a la corte del monarca en turno. Son como bufones de la corte.
Ni hablar de los cinco próceres de Morelos que ocupan una curul en el Congreso Federal, leales vasallos que cumplen su función de correas de transmisión sin derecho a pensar o a tener opinión propia: el que piensa pierde. Repiten las frases de la mañanera como jilgueritos y hasta graban videítos convencidos de sus pequeñas hazañas: vean como somos los más disciplinados. Está claro que esas diputadas y diputados no nos representan.
Una vez aprobadas en la Cámara de Diputados, los dictámenes pasaron al Senado de la República para continuar el proceso legislativo. Por lo pronto observamos que el Senado no se está prestando a aprobar estas reformas de manera inmediata; el coordinador de Morena dijo que al menos las van a leer y a revisar en las comisiones respectivas para no cometer errores
Constitucionales o quizá hasta detener ocurrencias o posibles retrocesos democráticos que pongan en riesgo futuros procesos electorales.
El INE es una institución muy consolidada, con el mejor servicio civil de carrera del país, con una experiencia y resultados electorales absolutamente confiables en las últimas treinta elecciones en México. Yo me pregunto, si realmente Morena y el propio presidente quisieran avanzar y mejorar al INE y a la democracia, ¿no deberían de involucrar al propio INE en mesas de trabajo conjuntas con el Congreso de los diputados y senadores, con los partidos políticos para entre todos trabajar la mejor propuesta?
Sería lo más lógico si partimos del interés común por mejorar nuestra democracia, sin embargo, sabemos que las intenciones de Morena y de su jefe máximo son otras que nada tienen que ver con preservar la democracia, es más bien un intento de restaurar el viejo régimen de partido de Estado del cual muchos de ellos emanan. Origen es destino.