CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Martes 14 de marzo de 2023
En anteriores columnas he recordado el viejo proverbio popular que versa: “Divide y vencerás”. Al parecer, tal expresión originalmente fue “divide y reinarás”, aplicada por connotados jefes militares de la antigüedad a modo de estrategia de combate. Se supone que la versión española de la frase proviene del latín “divide ut regnes”.
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En la política “a la mexicana” se ha empleado el “divide y vencerás” para doblegar e incluso exterminar a adversarios, incluso a quienes militan en un mismo partido. Esto último es parte de la cultura de los morelenses, acostumbrados a practicar el “canibalismo político”. El divisionismo y otros vicios forman parte del ADN de hombres y mujeres, ansiosos por conquistar cargos públicos que, entre otras cosas, les consoliden su situación patrimonial y la de varias generaciones. Por ello, cada tres y seis años constatamos la aparición de cientos de personajes promocionándose para ser designados candidatos a tal o cual cargo de elección popular.
Ni qué decir de los clásicos buscachambas, cuyo protagonismo tiene el mismo objetivo: en tiempos de desempleo, a falta de espacios laborales en el sector privado, voltean la mirada hacia ámbitos de la administración pública, donde la riqueza puede conseguirse con el mínimo esfuerzo, aunque con grandes dotes de zalamería y oportunismo. Desde luego, siempre pretenden generar antigüedad para ver si pegan sus solicitudes de pensiones por jubilación. Y ahí vienen de nuevo, con renovados bríos rumbo a La Madre de Todas las Elecciones, a desarrollarse el 2 de junio de 2024. La fecha se acerca a gran velocidad.
Tras los comicios en el Estado de México y Coahuila, previstos para el domingo 4 de junio del año en curso, comenzaremos a ver el inicio de los procesos internos de todos los partidos para elegir a sus candidatos. En el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), hoy posicionado en el primer lugar de las preferencias electorales, la primera encuesta cuyo objetivo será la elección del candidato o la candidata a la Presidencia de la República se realizará en septiembre. Con respecto al mismo procedimiento electivo en Morelos, la encuesta podría efectuarse entre octubre y noviembre. Los tiempos electorales, pues, ya están encima de nosotros.
Sin embargo, los personajes más reconocidos del partido Morena, a juzgar por las apariencias, parecen ir cada uno por su lado, sin conseguir la cohesión y la fuerza tan indispensables en un proceso electoral. Si este divisionismo no se resuelve lo más pronto posible, derivará en desbandadas graves, con la enorme posibilidad de que una eventual alianza partidaria entre el PAN, PRI y PRD sea fortalecida con los traidores y traidoras morenistas que, indudablemente, asumirán la típica conducta de los tránsfugas, tal como lo hemos visto en comicios anteriores. La traición es otro de los componentes del ADN de los morelenses. Cada tres y seis años aparecen los saltimbanquis de la política.
El “divide y vencerás” o el “divide y reinarás” no debería ser socorrido por los miembros del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), si es que realmente aspiran a levantarse con la victoria el domingo 2 de junio de 2024.
Por ahora, observamos en relativo movimiento a bien identificados morenistas (sobre todo los tradicionales), cuya simulación ha sido rebasada por los nuevos cuadros, con quienes no desean pactar absolutamente nada, ya que se sienten propietarios del multicitado instituto político. Suponen que se merecen todo.
Pero… fuera máscaras: Morena estuvo largo tiempo convertido en reducto de simuladores y oportunistas, dispuestos hasta a aliarse con sus enemigos históricos con el objetivo de lograr hueso después de los procesos electorales. Por eso me atrevo a asegurar que, hacia los comicios de 2024, serán capaces de traicionar a López Obrador y promover el voto a favor de la alianza del PAN, PRI y PRD. Ya se han reunido, teniendo ese perverso objetivo, con el presidente municipal de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, y los hermanos Martínez Terrazas, dueños de la franquicia del PAN en Morelos. La misma corriente morenista-panista que consiguió la victoria de Urióstegui en nuestra capital en 2021, se está gestando con miras a los comicios de 2024.
Por cierto, el ahora alcalde de Cuernavaca, nadando de a muertito y sin pelearse con nadie, está ganando rentabilidad electoral, a pesar de la decadencia de nuestra capital en múltiples aspectos. Mientras tanto, los de enfrente, los de mayor capital político, se están dando hasta con la cubeta.
Por eso es de vital importancia que el Comité Ejecutivo Nacional de Morena, a cuyo frente se encuentran Mario Delgado Carrillo y Minerva Citlalli Hernández Mora, dirijan su visión hacia Morelos y designen lo más pronto posible a un representante especial, con el poder suficiente para convocar a la unidad del partido en nuestro estado… si es que desean llevarse el carro completo en 2024.