Está claro que, en la Biblia, podemos encontrar mandatos y principios bíblicos que como creyentes debemos seguir. Pero, pasa algo y es que, algunos principios, no son tan explícitos como otros, y se encuentran de manera indirecta.
Es precisamente lo que sucede con la navidad ya que, si es bien sabido que no encontramos un mandato bíblico explícito para celebrar la navidad, esto no quiere decir que sea antibíblico celebrarla.
De hecho, en cuanto a la navidad hay algunos principios bíblicos que nos invitan a celebrarla. Uno de ellos es el ejemplo de los Ángeles, y es que los ángeles mismos celebran con un canto el nacimiento de Cristo.
No olvidemos que, una de las formas en las que, regularmente, celebramos un evento es cantando, por lo que es claramente una encarnación es un evento digno de celebrar.
Cuando Jesucristo nació, todo el cielo festejó, y los ángeles en particular lo hicieron con un canto. Ahora, si tomamos en cuenta que, los ángeles, son mensajeros de Dios y hacen lo que estés mandando, podemos deducir que Dios también celebró el nacimiento de su Hijo.
Ahora, la Palabra, nos manda a celebrar las obras de Dios, y una de las obras más grandes que tuvo fue la encarnación de Jesucristo.
Por otro lado, también estaríamos siguiendo el ejemplo de los magos, los cuales llegaron tiempo después del nacimiento de Jesús. Al llegar se postran en adoración, indicando que reconocen a Jesús como Rey, y le ofrecen tres presentes: oro, incienso y mirra. Ahora, aunque se puede objetar que los magos vinieron a adorar y no a celebrar, debemos recordar que en las fiestas bíblicas la adoración se hacía en el contexto de celebración.
Por ende, así como los magos los creyentes debemos celebrar la navidad como un tiempo de adoración. Entonces, si no hay adoración en nuestra celebración, nuestro festejo es hueco y de cierto modo podríamos decir que es mundano.
Además, podríamos decir que celebrar la navidad también es seguir el ejemplo de Jesucristo.
Muchas veces, se escucha decir que no hay que celebrar la navidad, ya que en la Biblia no se manda a celebrarla. No obstante, en el evangelio de Juan vemos que Jesucristo celebró una fiesta que no era mandada en las Escrituras.
En la Palabra podemos leer que se celebra en Jerusalén la fiesta de la Dedicación, esta se hacía en invierno y Jesús se encontraba por el templo, en el pórtico de Salomón. ¿Qué hacía Jesús en el templo? La respuesta es obvia: estaba celebrando. Como mencionamos se celebra la fiesta de la dedicación, la cual no estaba autorizada por las Escrituras Hebreas.
Dicha fiesta era celebrada por los judíos, ya que era algo digno de celebrarse, y Jesucristo, siendo judío, la celebro.
Ahora, nosotros como no somos judíos no tenemos que celebrar esta fiesta, pero encontramos el principio de que la Biblia admite el derecho a celebrar algo digno de celebrarse.
Por último, no hay que olvidar al apóstol Pablo, el cual tiene una práctica basada en la teología profunda.
De hecho, en Romanos y Corintios escribe principios similares, donde se debate en cuanto a celebrar ciertas fechas, comer o abstenerse de ciertas comidas. Pablo nos da un recordatorio de que lo que en verdad importa es glorificar a Dios, independientemente de si celebras o no celebras, no eres mejor o peor creyente.
Recordemos que, Dios ve nuestro corazón, no se centra en si celebras, sino porque celebras. Existen muchas personas que por razones legítimas se abstienen de celebrar la navidad, y esta es una libertad que la Biblia otorga.
De igual manera, hay libertad para celebrar la Navidad, y a la gran mayoría de la iglesia por 1800 aproximadamente ha celebrado el nacimiento de Jesucristo. Por lo que, si quieres celebrarla, hazlo para la gloria de Dios.
No hay que olvidar que la Biblia dice “hacedlo todo para la gloria de Dios” por lo que este mes de diciembre como creyentes podemos ser la luz en las tinieblas.
Cada vez más la fiesta del nacimiento de Jesucristo se convierte en una excusa para todo tipo de exceso, nosotros podemos ser ejemplo, celebrando con gozo y alegría.